jueves, 28 de febrero de 2013

Fecundidad


En el fondo no amamos más que a nuestros hijos y a nuestras obras; y el amarse mucho a sí mismo es un signo de fecundidad.


Así habló Zaratustra

viernes, 22 de febrero de 2013

Mi marcha el ocaso de ellos

Una luz ha aparecido en mi horizonte: compañeros de viaje necesito, compañeros vivos – no compañeros muertos y cadáveres que llevo conmigo adonde quiero.

Compañeros de viaje vivos es lo que yo necesito, que me sigan porque quieren seguirse a sí mismos – e ir adonde yo quiero ir.



Una luz ha aparecido en mi horizonte: ¡Zaratustra no hablará al pueblo, sino a compañeros de viaje! ¡Zaratustra no debe ser pastor y perro de un rebaño!

Para incitar a muchos a apartarse del rebaño – para eso he venido. Pueblo y rebaño se irritarán contra mí: los pastores llamarán ladrón a Zaratustra.

Digo pastores, pero ellos se llaman a sí mismos los buenos y justos. Digo pastores: pero ellos se llaman a sí mismos los creyentes de la fe ortodoxa.

¡Ved los buenos y justos! ¿A quién odian más? Al que rompe sus tablas de valores, al quebrantador, al infractor – pero ése es el creador.

¡Ved los creyentes de todas las creencias! ¿A quién odian más? Al que rompe sus tablas de valores, al quebrantador, al infractor pero ése es el creador.

El creador busca compañeros, y no cadáveres, ni tampoco rebaños y creyentes. El creador busca compañeros de creación, a aquellos que escriben nuevos valores en nuevas tablas.

El creador busca compañeros y colaboradores de recolección: porque en él todo está maduro para la cosecha. Pero le faltan las cien hoces: por ello arranca las espigas y está enojado.

El creador busca compañeros, que sepan afilar sus hoces. Se los llamará destructores y despreciadores del bien y del mal. Pero son cosechadores y celebradores.

Zaratustra busca compañeros de creación, compañeros de recolección y de celebración busca Zaratustra: ¡qué tiene él que ver con rebaños y pastores y cadáveres!

Y tú, primer compañero mío, ¡descansa en paz! Bien te he enterrado en tu árbol hueco, bien te he resguardado de los lobos.

Pero me separo de ti, el tiempo ha pasado. Entre aurora y aurora ha venido a mí una verdad nueva.

No debo ser pastor ni sepulturero. No volveré a hablar con el pueblo nunca. Por última vez he hablado a un muerto.

Quiero unirme a los creadores, a los cosechadores, a los celebradores: voy a mostrarles el arco iris y todas las escaleras del superhombre.

Cantaré mi canción para los eremitas solitarios o en pareja; y a quien todavía tenga oídos para lo inaudito, a ése voy a abrumarle el corazón con mi felicidad.

Hacia mi meta quiero ir, yo continúo mi marcha; saltaré por encima de los indecisos y de los rezagados.

¡Sea mi marcha el ocaso de ellos!

Friedrich Nietzsche.